miércoles, 18 de diciembre de 2013

Capítulo 5:

Después de ese beso que me dió, me quedé helada, no sabia que decir, pero el se quedó cerca de mi y me dijo:

    
 -Ahora que te veo de cerca, eres preciosa...

Me quedé embobada mirandole y aún no me creia lo que me habia dicho y sólo se me ocurrió decir:
    
 -¿Enserio?
     -Si...

Se fué acercando más hacia mi y me entraron unas ganas increibles de bersarle, pero algo me lo impedia, no sabia que era, pero cuando me quise dar cuenta ya estaba a punto de besarme, se mordió el labio inferior y me dió un escalofrio que hizo que la piel se me erizara. Él se dió cuenta, sonrió y enseguida le cojí y le besé, él me siguió. Me separé de él y me levanté pero el fué detrás.
Me cogió y yo empecé a reirme, le empuje contra el sofá, pero le dió tiempo a cogerme del brazo y caí encima de él.
Estaba en su regazo, le miré y me dijo:
    
     -Besas muy bien...jajaja -lo dijo con un tono de burla.

     -Hombre, ¿que te esperabas? jajaja.
     -Nada, nada...-dijo- jajaja.

Y seguimos besándonos, me levanté y me fuí.

     -¿Donde vas?
     -Aaaaah...

Levantó la ceja y me sonrió con esa sonrisa que tiene, después de eso se levantó y me siguió por el pasillo y entré a la cocina rápidamente y me escondí detrás de la mesa.


     -Marta...¿donde estás? -dijo- Como te pille...


Mientras estaba girado me levanté y fuí a esconderme detrás de la puerta, pero no le ví, eso me extrañó, pero seguí caminado hacia atrás para esconderme. Bufé, me apoyé en la pared pero cuando me dí la vuelta, ahí estaba Álvaro, iba a chillar del susto, pero antes de que me diera tiempo a hacer nada me besó y le seguí.
Le miré y me reí, le empecé a levantar la camiseta. Él sonrio, pero se dejó.
Álvaro es muy alto, así que me cogió de la cintura y me levantó hasta quedarme a su altura. Me estaba agarrando del culo, pero me daba igual.


No se como acabamos en mi habitación. Empecé a sentirme rara y me entró miedo, mucho miedo, ya que era la primera vez que lo hacía y no queria que nada saliera mal.


     -Álvaro... -dije asustada.
     -¿Que pasa? -preguntó extrañado.
     -Tengo miedo...yo...yo..yo soy virgen -dije en voz muy bajita.


El sonrió y me dijo:


     -No pasa nada princesa, si no quieres, podemos continuar cuando estés preparada
     -No, es decir...que no quiero dejar pasar la oportunidad...


Álvaro sonrió, pero se lo tomó muy a pecho, y muy despacio comenzó a darme besos por todo el cuello, y comencé a excitarme. Después fue dejando un rastro de besos por todo el cuerpo.
Me quitó la camiseta y me observó durante unos segundos y me besó con más intensidad que antes.
Tenia ganas de probarlo, de saber que se sentia.
Le quité los pantalones y seguiamos besandonos. Él me quitó el sujetador y las braguitas, y yo le quité los boxers.
Álvaro se mordió el labio inferior.
Nos besamos con mucha intensidad, nos teníamos ganas, pero a la vez se notaba que nos amábamos en silencio.
Los besos eran cada vez más intensos, hasta que llegó el momento.
Penetró su miembro en mí, dolia, para que mentir. Álvaro se movia despacio y con mucha delicadeza. Pero al final iba disminuyendo, se iba convirtiendo en placer y me agarré a las sábanas.
Volvió a penetrar su miembro en mí, cada vez iba más rápido y a mi me gustaba más.

      -Ál...va...ro... -dije cansada.
      -¿Princesa? -preguntó con esa sonrisa
      -No puedo más...estoy cansada -dije sin aliento.

Me levanté, cogí mi batín que estaba colgado en la puerta y me dirigí a la cocina a por un vaso de agua.

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